El camino de acceso se reparó hace unos dos años, con recursos que los mismos vecinos juntaron para pagar el gasoil. Reclaman que al menos les arreglen el camino. Está situado en una zona inhóspita cerca de Valcheta.
VIEDMA (AV)- El poblado es apenas un puñado de casas dispersas en medio de un paisaje agreste, marcado por el viento permanente, los crudos inviernos y los veranos agobiantes. La escuela, casi en ruinas, permanece como mudo testigo de alguna época mejor en la que el canto y griterío de los chicos inundaba de alegría el solitario paraje.
El colegio con su albergue hace ya varios años que cerraron sus puertas.
Pero algunas decenas de personas de Arroyo Paja Alta resisten el olvido y la postergación e intentan subsistir aún frente al olvido del Estado y la ausencia de servicios.
Muchos de ellos, hartos por la situación, hicieron a un lado su tradicional timidez tan propia del hombre de la meseta y firmaron una nota en la que -no sin cierta ironía- reclaman mejoras para su calidad de vida. Un elemento clave para que la susbsistencia sea algo menos complicada en este inhóspito paraje ubicado a 30 kilómetros de Valcheta, camino a Somuncura, es que se les repase con una máquina vial la vía de acceso que los une al resto de la civilización.
Los vecinos del lugar recuerdan que, después de mucho peticionar, en junio de 2009 juntaron entre los habitantes del lugar 2.300 pesos para pagar el gas oil de la máquina de Viarse que pudo mínimamente repasar el camino.
Transcurridos dos años, "imagínense cómo está entre pozos, serruchos, cortes de agua, piedras de punta, arena. Digamos que una huella de ovejas es mucho, pero mucho mejor. Seguramente los largos debates llevarán una vez más a tener que conseguir entre los vecinos los pesos para volver a repasar", sostienen los habitantes del sitio.
"Esperamos que el año que se inició se acuerden de que existimos mal que les pese. Ni hablemos de algunos kilómetros más hacia Nemucó, Tromencó o Chasicó. Tal vez para algún rionegrino estos poblados puedan ser chino básico, pero no debieran serlo para los que tienen la responsabilidad de atendernos, porque no lo hacen gratis, y evidentemente tampoco con responsabilidad", concluyen.
Al pequeño pueblo de unos 60 habitantes, en los que se explota la piedra laja y el ganado lanar, se accede a través de la ruta 23, por un camino que se inicia en la entrada este de Valcheta, cerca del matadero. Se recorren unos pocos kilómetros hacia las chacras de Chanquín y, en una bifurcación, se toma hacia el este.
Este camino, que luego se comunica con otros parajes aún más desolados y olvidados, es el que está sin arreglar desde hace ya dos años. "Repasar significa tres días de trabajo, un ida y vuelta".
ComentariosVIEDMA (AV)- El poblado es apenas un puñado de casas dispersas en medio de un paisaje agreste, marcado por el viento permanente, los crudos inviernos y los veranos agobiantes. La escuela, casi en ruinas, permanece como mudo testigo de alguna época mejor en la que el canto y griterío de los chicos inundaba de alegría el solitario paraje.
El colegio con su albergue hace ya varios años que cerraron sus puertas.
Pero algunas decenas de personas de Arroyo Paja Alta resisten el olvido y la postergación e intentan subsistir aún frente al olvido del Estado y la ausencia de servicios.
Muchos de ellos, hartos por la situación, hicieron a un lado su tradicional timidez tan propia del hombre de la meseta y firmaron una nota en la que -no sin cierta ironía- reclaman mejoras para su calidad de vida. Un elemento clave para que la susbsistencia sea algo menos complicada en este inhóspito paraje ubicado a 30 kilómetros de Valcheta, camino a Somuncura, es que se les repase con una máquina vial la vía de acceso que los une al resto de la civilización.
Los vecinos del lugar recuerdan que, después de mucho peticionar, en junio de 2009 juntaron entre los habitantes del lugar 2.300 pesos para pagar el gas oil de la máquina de Viarse que pudo mínimamente repasar el camino.
Transcurridos dos años, "imagínense cómo está entre pozos, serruchos, cortes de agua, piedras de punta, arena. Digamos que una huella de ovejas es mucho, pero mucho mejor. Seguramente los largos debates llevarán una vez más a tener que conseguir entre los vecinos los pesos para volver a repasar", sostienen los habitantes del sitio.
"Esperamos que el año que se inició se acuerden de que existimos mal que les pese. Ni hablemos de algunos kilómetros más hacia Nemucó, Tromencó o Chasicó. Tal vez para algún rionegrino estos poblados puedan ser chino básico, pero no debieran serlo para los que tienen la responsabilidad de atendernos, porque no lo hacen gratis, y evidentemente tampoco con responsabilidad", concluyen.
Al pequeño pueblo de unos 60 habitantes, en los que se explota la piedra laja y el ganado lanar, se accede a través de la ruta 23, por un camino que se inicia en la entrada este de Valcheta, cerca del matadero. Se recorren unos pocos kilómetros hacia las chacras de Chanquín y, en una bifurcación, se toma hacia el este.
Este camino, que luego se comunica con otros parajes aún más desolados y olvidados, es el que está sin arreglar desde hace ya dos años. "Repasar significa tres días de trabajo, un ida y vuelta".
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KORKIX
01:30 26/03/2011
No es posible que una provincia como la nuestra (Río Negro) no tenga una secretaría de colonización que atienda las urgencias de los que hacen patria. Gastamos y malgastamos recursos en cosas inútiles y no tenemos infraestructura para atender reclamos miserables. ¿Cuanto cuesta mandar una motoniveladora? ¿10000 pesos? Si es un vuelto para un gobierno que paga $34.000.000 en sobresueldos. Por favor, que algún funcionario se haga eco. Son sesenta argentinos que están haciendo patria...
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