El Día de la Bandera se festejará en Neuquén - Piedra OnLine

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sábado, 18 de junio de 2011

El Día de la Bandera se festejará en Neuquén

Los actos centrales se realizarán en esta capital el lunes a partir de las 13 y serán presididos por el gobernador de la provincia Jorge Sapag.

El gobernador Jorge Sapag tomará el juramento a la bandera a 68 cadetes de la Policía provincial el próximo lunes 20 a partir de las 13. Así, presidirá de la ceremonia central en celebración del Día de la Bandera Nacional.

Los actos se desarrollarán en la Jefatura de la fuerza, ubicada en la intersección de Lanín y Saavedra de esta ciudad. Acompañarán al gobernador autoridades provinciales, la conducción de la Policía y familiares de los cadetes.

La conmemoración se estableció en homenaje y reconocimiento a Manuel Belgrano, fallecido el 20 de junio de 1820 en Buenos Aires. La ley 12361 del 9 de junio de 1938 declaró esta fecha como el Día de la Bandera y se estableció el feriado nacional.

Biografía de Belgrano

Belgrano estudió en el colegio de San Carlos y luego en las universidades de Salamanca y Valladolid, en España. En 1794, asumió como primer secretario del Consulado, desde donde se propuso fomentar la educación. Creó escuelas de Dibujo, de Matemáticas y Náutica.

En 1806 durante las invasiones inglesas, se incorporó a las milicias que defendieron la ciudad. Apoyó la causa patriota durante la Revolución de Mayo y fue nombrado vocal de la Primera Junta de Gobierno.

Encabezó la expedición al Paraguay, durante la cual creó la bandera, el 27 de febrero de 1812. En el norte encabezó el éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán, Salta y Las Piedras. Luego vendrían las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y su retiro del ejército del Norte. En 1816 participó activamente en el Congreso de Tucumán. Había nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770.

Además de ser el creador de la bandera, Belgrano fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, entre otras muchas cosas.

Las ideas innovadoras de Belgrano quedaron reflejadas en sus informes anuales del Consulado. Hemos elegido para recordarlo en esta fecha una de sus preocupaciones centrales en materia económica: el fomento de la agricultura y de la industria.

Belgrano desconfiaba de la riqueza fácil que prometía la ganadería porque daba trabajo a muy poca gente, no desarrollaba la inventiva, desalentaba el crecimiento de la población y concentraba la riqueza en pocas manos. Su obsesión era el fomento de la agricultura y la industria.

Como secretario del Consulado, proponía proteger -mediante la subvención- las artesanías e industrias locales. Consideraba que “la importación de mercancías que impiden el consumo de las del país o que perjudican al progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de una Nación”.

En un artículo aparecido en el Correo de Comercio, Belgrano destacaba la imperiosa necesidad de formar un sólido mercado interno, necesario para una distribución equitativa de la riqueza: “El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede ésta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio…”

“Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, tanto para el creado como para el consumidor, de lo que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa”.

Sus incansables preocupaciones abarcaron desde la enseñanza estatal gratuita y obligatoria, hasta la reforma agraria. Infatigable ante los obstáculos encontrados a su paso diría: “Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el bien común. Sin embargo, (…) me propuse echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos”.

Fuente: Felipe Pigna – Los Mitos de la Historia Argentina, Buenos Aires, Norma. 2004

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