Comenzó la temporada de avistaje de ciervos en brama en La Pampa

El escenario es la Reserva Provincial Parque Luro, a 35 kilómetros al sur de Santa Rosa, y la apertura tuvo lugar en consonancia con la 18ª Fiesta Pampeana de la Caza Mayor y Menor,en Quehué.

La temporada de Avistaje de Ciervos en Brama en La Pampa, cuando los machos de esta especie llaman a las hembras con fuertes bramidos para formar su harén y se pelean por ellas, fue inaugurada este fin de semana último y se extenderá hasta fines de abril.

Todos los años, durante marzo y abril, los ciervos, llevados por su instinto reproductivo se movilizan a través del bosque y se muestran en todo su esplendor para formar su harén.

Buscan a sus hembras mediante un sonido particular, conocido como bramido, y para defender el territorio y conservar su grupo de hembras se generan frecuentes peleas entre los "machos alfa".

El escenario es la Reserva Provincial Parque Luro, a 35 kilómetros al sur de Santa Rosa, y la apertura tuvo lugar en consonancia con la 18ª Fiesta Pampeana de la Caza Mayor y Menor,en Quehué, en una actividad de la Secretaría de Turismo y la Dirección de Recursos Naturales.

De esta manera, el gobierno provincial impulsa la Fiesta y la Temporada de Brama del Ciervo Colorado con el fin de promocionar los dos beneficios turísticos que genera este recurso: el avistaje y la caza deportiva.

En la Reserva de Parque Luro, mediante recorridos, se brinda al visitante la posibilidad de relacionarse, interactuar y formar parte del entorno, con excursiones guiadas a través del bosque de caldén hasta los avistaderos

Para los avistajes se forman grupos de 20 personas como máximo, con salidas diarias al amanecer y al anochecer, en las que se debe mantener el máximo silencio, ya que el ciervo colorado es perceptivo a los ruidos y a los movimientos bruscos.

"La brama del ciervo es uno de los productos más fuertes del turismo en La Pampa y se ha posicionado e instalado sólidamente hace mucho tiempo", explicó a Télam la jefa de Prensa de la Subsecretaría de Turismo provincial, Paula Herrero.

Las actividades de avistaje y su logística estarán a cargo de la concesionaria de Parque Luro, aclaró, aunque el gobierno pampeano se encarga de la promoción y de apoyar el movimiento turístico, ya que esto beneficia a toda la provincia.

Sobre las perspectivas para el avistaje de este año, Herrero dijo que "son buenas, porque ha llovido mucho y, según licenciados en Recursos Naturales y guías del lugar, la temporada va a ser muy buena, ya que por la humedad del suelo, el pasto crecido y demás, habrá una mejor exposición exposición de los ciervos".

"Esta temporada -siguió- viene favorecida por el clima y también por la política de promoción que se ha dado a través de la planificación provincial, en exposiciones, encuentros, jornadas, congresos, etcétera, lo que nos generará una buena concurrencia de turismo interno pampeano".

Esto, aseguró, fue notable este verano en la villa turística Casa de Piedra -junto al embalse del mismo nombre- y se espera también en Parque Luro, "aunque no deja de ser menor el porcentaje de turistas de otras provincias de distintos puntos, en gran medida del sur hacia el norte por el tema de las cenizas".

Herrero aclaró que la temporada de caza que comienza el mismo día que el avistaje no afecta la brama, ya que se realiza en campos y cotos habilitados, fuera del Parque Luro, que por ser una reserva natural no permite esa actividad.

El Parque, situado en un gran reservorio de caldenes en el centro de la provincia, es el primer coto de caza de Argentina, donde Pedro Luro introdujo al ciervo colorado desde Europa.

Allí hay unas 7.600 hectáreas de bosques de esta árbol, uno de los símbolos de la provincia, de las cuales 1.600 están destinadas a la actividad turística y recreativa, y donde se destacan sus dos principales atractivos: el natural y el histórico-cultural.

Sus atractivos naturales son de importancia en la oferta turística de la provincia por la singularidad del paisaje, en el que se presentan tres ambientes bien diferenciados, como son el bosque, la laguna y el médano.

Allí convive fauna autóctona como el puma, zorro gris, zorrino y el ñandú, entre otros, con la exótica, como el ciervo colorado y el jabalí europeo, especies introducidas por Pedro Luro a principios del siglo XX.