El secretario de Energía, Daniel Cameron, recorrió hoy la Planta
Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Neuquén, con motivo de la
finalización de las 600 toneladas de Agua Pesada destinadas a la carga
inicial del reactor de Atucha II.
Cameron estuvo
acompañado en su recorrida por el vicepresidente de la Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA), Mauricio Bisauta.
Tras el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino en 2006, por
iniciativa del Ministerio de Planificación Federal se firmó un contrato
entre ENSI y Nucleoeléctrica Argentina S.A. para la provisión de 600
toneladas de Agua Pesada, destinadas a la carga inicial de la Central
Nuclear Atucha II.
Esta producción se logró gracias a
la reactivación de la PIAP a plena capacidad, lo que permitió la
preservación de un grupo de trabajo con técnicos y profesionales
altamente calificados, y ubica a ENSI entre los mayores productores
mundiales de este fundamental insumo.
De la visita
participaron además funcionarios del gobierno neuquino y directivos de
la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), responsable de
la operación de la PIAP.
La Empresa Neuquina de
Servicios de Ingeniería (ENSI) es una Sociedad del Estado cuya
participación accionaria corresponde el 49 por ciento a la CNEA y el 51
restante a la provincia del Neuquén, encontrándose su sede en la
localidad de Arroyito.
A su vez, ENSI opera la Planta
Industrial de Agua Pesada (PIAP) -propiedad de la CNEA-, una de las
pocas proveedoras de agua pesada en el mercado internacional, y cuenta
con la planta de mayor capacidad de producción en el mundo.
La PIAP estuvo parada casi siete años y durante ese lapso, con muy
pocos recursos y mucho esfuerzo por parte de su personal, se realizaron
las tareas de mantenimiento que permitieron, a partir de la decisión
del Gobierno nacional, recuperar rápidamente la producción.
La reactivación de la PIAP a plena capacidad implica numerosos
beneficios para el país en general y para Neuquén en particular, ya que
se mantiene operativa una instalación de muy alta complejidad, que
completa el ciclo de combustible nuclear, y que significó para el país
una inversión mayor a los 1000 millones de dólares, según se informó
oficialmente.
Implica además, la preservación de un
grupo de trabajo con técnicos y profesionales altamente calificados, la
incorporación de más de 100 trabajadores entre profesionales y
técnicos de distintas especialidades, y la generación de una importante
actividad económica.
La PIAP exporta parte de su
producción de agua pesada a países como Canadá y República de Corea, y
también en cantidades más pequeñas -para laboratorios e investigación- a
Francia, Suiza, Alemania, EEUU, Dinamarca y Australia.
Télam