La interna interminable - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

sƔbado, 23 de junio de 2012

La interna interminable

Una vez mĆ”s, la interna peronista se ha apoderado de todo el escenario polĆ­tico nacional. A pocos les interesan las opiniones de los dirigentes de las diversas fracciones opositoras porque de acuerdo comĆŗn carecen de importancia, mientras que una palabra pronunciada casualmente por un lĆ­der peronista, aun cuando sea cuestiĆ³n de un personaje menor, puede desatar una polĆ©mica furibunda. No se trata solamente de las declaraciones formales. Un encuentro fortuito, una sonrisa o una mueca que presuntamente exprese desdĆ©n, incidirĆ”n mĆ”s en la evoluciĆ³n del drama polĆ­tico que todos los esfuerzos del radicalismo o de los comprometidos con el socialista Hermes Binner por plantear alternativas al "proyecto" que se atribuye la presidenta Cristina FernĆ”ndez de Kirchner. Acaso la Ćŗnica excepciĆ³n a esta regla deprimente sea la supuesta por el jefe del gobierno porteƱo Mauricio Macri, aunque Ć©l tambiĆ©n desempeƱa un papel, por ahora marginal, en la interna del ubicuo movimiento peronista.(CLick en el tĆ­tulo)


Cristina, lo mismo que Carlos Menem en la primera fase de su gestiĆ³n como presidente, quisiera ver reemplazado el peronismo por un movimiento propio, de ahĆ­ sus intentos de colonizar todos los "espacios de poder" con militantes de La CĆ”mpora, expulsando de ellos a veteranos del Partido Justicialista, comenzando, desde luego, con los vinculados con el lĆ­der camionero Hugo Moyano. Entre tales "espacios" estĆ” el ocupado por el gobernador bonaerense Daniel Scioli, blanco de una campaƱa de hostigamiento protagonizado por el vicegobernador Gabriel Mariotto, quien cuenta con el apoyo decidido tanto de Cristina como de los diputados Carlos Kunkel y MartĆ­n Sabbatella, el piquetero chavista Luis D'ElĆ­a y otros que se creen integrantes del ala mĆ”s izquierdista del conjunto gobernante. A juicio de Ć©stos, Scioli es un "neoliberal", un amigo de "las corporaciones" y de Moyano, o sea, un "traidor" en potencia que estĆ” esperando el momento de romper con la presidenta. Hasta ahora, Scioli ha preferido no reaccionar frente a tales afrentas, pero son muchos los peronistas que suponen que tarde o temprano tendrĆ” que hacerlo.
Los motivos por los que los kirchneristas mĆ”s fogosos quieren hundir a Scioli no constituyen un misterio. AdemĆ”s de ser muy distinto su estilo amable y dialoguista del adoptado por Cristina y sus Ć­ntimos, que parecen convencidos de que tolerancia equivale a debilidad, desde hace algunos meses Scioli tiene un Ć­ndice de aprobaciĆ³n superior a aquel de Cristina, lo que en buena lĆ³gica deberĆ­a hacer de Ć©l el hombre indicado para ser el candidato presidencial del oficialismo de cara a las elecciones del 2015. Puesto que en nuestro paĆ­s el presidente suele actuar como un monarca casi absoluto, Mariotto, Kunkel y los demĆ”s entienden muy bien que no tendrĆ­an ningĆŗn lugar en el esquema que se formarĆ­a en torno a Scioli en el caso de que se trasladara de La Plata a la Casa Rosada, de ahĆ­ su voluntad de apostar a una reforma constitucional destinada a legitimar la segunda reelecciĆ³n de Cristina. Dadas las circunstancias, la opciĆ³n mĆ”s realista frente al oficialismo consistirĆ­a en respaldar las aspiraciones de Scioli, pero, bien que mal, en nuestro paĆ­s no rigen las mismas normas que en las democracias consolidadas.
Sea como fuere, a menos que para sorpresa de muchos "el modelo" se recupere muy pronto del bajĆ³n actual, Scioli lleva las de ganar en este conflicto que tantos problemas estĆ” provocando. Las cualidades que parece poseer –tranquilidad, sensatez y una capacidad asombrosa de soportar crĆ­ticas malintencionadas sin enojarse– serĆ­an las que buena parte de la ciudadanĆ­a quisiera ver en sus gobernantes si el paĆ­s cayera en una crisis econĆ³mica caĆ³tica luego de varios aƱos de crecimiento rĆ”pido. Asimismo, Scioli se ve beneficiado por los ataques constantes de los kirchneristas mĆ”s vehementes porque una proporciĆ³n significante de los bonaerenses cree que las deficiencias de su gestiĆ³n se deben a los intentos de Mariotto y compaƱƭa por sabotearlo. Puede que, como nos recuerdan con frecuencia los soldados de Cristina, sea absurdamente temprano hablar de candidaturas presidenciales, pero de todos los aspirantes previsibles al sillĆ³n de Rivadavia, por ahora Scioli es claramente el mĆ”s prometedor, razĆ³n por la que sus "compaƱeros" kirchneristas estĆ”n procurando hacerlo tropezar.