Un furor llamado Añelo - Piedra OnLine

Información del Mundo

domingo, 18 de mayo de 2014

Un furor llamado Añelo

Personas de todo el país vienen soñando con un trabajo bien pago.
Adriano Calalesina
adrianoc@lmneuquen.com.ar

NEUQUÉN
Hasta mayo del año pasado, Añelo era ese típico pueblo fantasma del interior neuquino. En sus calles despobladas, se podía oír hasta el cantar de los pájaros y en verano, el sol que quema la tierra obligaba a los vecinos a no salir de sus casas.
Hoy el ruido es incesante. Caótico. Las camionetas petroleras ingresan a toda hora, cargan combustible, compran en cualquier despensa y regresan a los yacimientos. Hasta los carros de panchos se alquilan, y el negocio informal parece llegar a casi todos.
“Ojo, acá la gente vieja no les va a decir nada, porque después se enteran de todo. No podés hablar de la contaminación ni mal de las empresas”, advirtió un joven a LMNeuquén, a la salida del Registro Civil, emulando el más sincero código de silencio, en la omertà siciliana.

Estamos a 102 kilómetros al noroeste de la capital neuquina. Todos los días, más de 3 mil vehículos, equipos de perforación, transporte y maquinaria transitan por una ruta del petróleo cada vez más destruida por el sobrepeso de los camiones.
El mito de la fiebre del petróleo llegó para quedarse con Vaca Muerta. Jóvenes de Formosa, Salta y Jujuy hacen cola todos los días para radicarse en busca de trabajo en las más de 80 empresas que operan. El poblado es una nueva meca del país donde se instaló la fantasía de hacerse rico de un día para el otro.
Hasta la delincuencia creció, a juzgar por la gente. Hay un solo móvil policial que recorre la ciudad, los puestos en la meseta y las chacras. Cada vez que se va, la ciudad queda “descubierta” a la merced de cualquiera que quiera robar, algo que antes no pasaba.
En Añelo se creó el imaginario de que el dinero está en todas partes, pero a su vez, parece que en ninguna. Una casa puede alquilarse en casi 14 mil pesos y todos están apurados para hacer reformas y ofrecérselas a las empresas.
Por ejemplo, la empresa Ingeniería SIMA SA está construyendo cuatro complejos desde diciembre, a unos 30 metros en lo alto de la meseta, frente a la Ruta 7.
Son 24 módulos modernos con aire acondicionado para los empleados que trabajan en los yacimientos. No son viviendas familiares sino residencias para trabajadores.
En la ciudad, la promesa del nuevo hospital –con un costo de 38 millones de pesos y subiendo- aún no se concreta. Pero hay muchos que creen que no es lo más importante. Y sostienen que la urgencia demanda primero reformar el centro de salud, que cuenta con sólo tres médicos. Para ellos, la necesidad es hoy y no mañana.

Una baja coparticipación
A la hora de los números, hay que decir que la ciudad recibe sólo el 0,82 por ciento de la coparticipación provincial, y el sector privado “manda” al Estado, que no tiene fuerza para controlar, debido a la omnipotencia de la industria.
Tal es la magnitud de lo que promueve Vaca Muerta que hay un millonario parque industrial que el gobierno provincial proyecta, emulando a los que surgieron con el auge del shale en Estados Unidos. “Acá no se puede multar a nadie, si todos están en falta, no hay códigos de edificación ni orden”, dice uno de los vecinos, que nos advierte que hablar mal del pueblo, es un castigo seguro.
En Añelo las mujeres no dan a luz a sus bebés, a pesar de que sí los pueden registrar. Los vecinos tienen que salir corriendo a Centenario, Neuquén o Plaza Huincul.
Son postales que se ven a menudo de un pueblo que explotó, y que pocos saben cómo terminará en un futuro.