
Para los mĆ”s jóvenes, es Ćŗtil informar que no siempre existió la Realeza en NeuquĆ©n; en la transición de Territorio Nacional a Provincia, en nuestra provincia, el poder polĆtico y el poder económico iban por caminos diferentes, dirĆa yo: enfrentados. Lo decĆa Felipe Sapag cuando nacĆa el MPN: “En NeuquĆ©n existe una protoligarquĆa de estancieros y grandes comerciantes”, a la cual, sin decirlo para mantener las formas, habĆa que combatir desde el poder polĆtico.
Fue asĆ que pequeƱos y medianos comerciantes, productores y trabajadores juntaron filas y dieron batalla a esa “protoligarquĆa”. Ese movimiento provincial que reemplazó al peronismo proscripto en la representación de los intereses populares, llegó al poder. Fue asĆ como la olvidada tierra de la norpatagonia comenzó a organizarse polĆticamente, y en cuanto al desarrollo, fueron disminuĆdos los altos Ćndices de analfabetismo, de mortandad infantil, el dĆ©ficit habitacional, las condiciones de pauperización en que vivĆa la mayorĆa de los habitantes de estos lares. Se consolidó un Partido-Estado preocupado por la gente, emergiendo con Ć©l una incipiente burguesĆa atada a la obra pĆŗblica.
Algunos de los pequeƱos y medianos comerciantes que se aliaban con trabajadores para disputarles, en el terreno polĆtico, el gobierno a los detentores del poder económico, comenzaron a amasar pequeƱas fortunas; y, porque no decirlo, algunos asalariados cercanos al poder polĆtico tambiĆ©n comenzaron a manejar una billetera abultada. Con el correr de los aƱos, en democracia y en dictaduras, ese Poder PolĆtico ya consolidado fue concentrando el poder económico, no tan solo con la obra pĆŗblica, sino tambiĆ©n adueƱƔndose de tierras, de minas y metiĆ©ndose en el negocio inmobiliario, manteniendo siempre buenas relaciones con el gobierno Nacional de turno, sin distinción de signo polĆtico, incluso con los gobiernos militares.
Hasta la dĆ©cada del 90 los poderes polĆtico y económico se identificaron con quien tenĆa la caja del Estado neuquino. Esto comenzó a cambiar de la mano de las multinacionales y el petróleo, que negociaban en forma directa con el Estado Provincial, merced al nuevo modelo neoliberal de dominio del subsuelo, otorgado a las provincias por la reforma constitucional de 1994.
La macroeconomĆa sufrió cambios profundos, con un viraje al Neoliberalismo, que determinaron un consecuente giro del poder polĆtico provincial. Advino, entonces, el imperio de La Casa de los Jorges. Esta nueva realeza plenamente Neoliberal, tomó la decisión, al ritmo del remate y las privatizaciones del paĆs, de aliarse a las multinacionales del petróleo -como socio muy menor-. El ejemplo claro fue la “Alianza EstratĆ©gica” con Repsol. Aquella casta de pequeƱos comerciantes que en la dĆ©cada del 60 le disputaron el poder polĆtico a los que tenĆan el poder económico, no solo lograron concentrar ambos poderes en sus manos, sino que pusieron freno al desarrollo provincial, sin construcción de viviendas, sin inversión en infraestructura y nula promoción social.
Por estos dĆas, a la Casa de los Jorges la perpetuación en el poder le es adversa, al menos en lo formal, debido a los lĆmites impuestos por la Constitución Provincial. Ante tal fatal designio, se reinventan bajo el reinado de una nueva Casa Real: la de los Guillermos.
La nobleza neuquina, detentora del poder polĆtico, necesita reformularse en el presente para liderar el nuevo orden económico. AsĆ resulta que, sobre la nueva riqueza potencial de Vaca Muerta, sobrevuelan los Guillermos, aliados y dueƱos sin disimulo de empresas del mercado petrolero.
Pero no les alcanzaba para tal hegemonĆa con sus propias empresas; en un despliegue de ingenierĆa polĆtica y económica combinaron el dominio pĆŗblico provincial del subsuelo con las libertades empresarias de una sociedad anónima, creando la empresa “Gas y Petróleo S.A” (G y P). Parece estatal pero es privada, y sus directores y accionistas son los propios funcionarios del Estado.
Pero no les alcanzaba para tal hegemonĆa con sus propias empresas; en un despliegue de ingenierĆa polĆtica y económica combinaron el dominio pĆŗblico provincial del subsuelo con las libertades empresarias de una sociedad anónima, creando la empresa “Gas y Petróleo S.A” (G y P). Parece estatal pero es privada, y sus directores y accionistas son los propios funcionarios del Estado.
Concentra el 60 % de las Ć”reas que tiene el Estado Neuquino pendientes de concesión, y va a cobrar en forma directa por concesionarlas. Es una empresa que no produce ni invierte. SegĆŗn sus propios balances, es deficitaria, y se dedica a la mera especulación: “pisar” esas Ć”reas petroleras para que, una vez concesionadas, sean re-vendidas al mejor postor. Esto hace que ganen sus directores y socios, en detrimento del paĆs y la provincia. Es la privatización de Vaca Muerta y de sus recursos energĆ©ticos. No se habla entonces de producción de petróleo y gas, sino mĆ”s bien de un fenomenal negocio de “peaje petrolero” y negocio inmobiliario, donde se gana dinero sin invertir, pero disfrazado de gesta heroica en defensa de los intereses provinciales.
Los Jorges se han reinventado en este nuevo formato de funcionarios/propietarios de empresas petroleras, que podemos identificar como Los Guillermos, que concentran y unifican dominio económico y polĆtico para sus Cortes.
Los neuquinos de a pie los ven pasar en el carro dorado de G y P S.A., soƱando que alguna vez les tocarƔ dar una vuelta.
Los neuquinos de a pie los ven pasar en el carro dorado de G y P S.A., soƱando que alguna vez les tocarƔ dar una vuelta.