Al igual que las familias reales de los sistemas monĆ”rquicos que todavĆa resisten el paso del tiempo en algunos paĆses de Europa, en el NeuquĆ©n de los Ćŗltimos 20 aƱos, podemos identificar formas dinĆ”sticas de ejercicio del poder. Desde el aƱo 1991 fuimos gobernados por la Casa de los Jorges. AsĆ como las diferentes DinastĆas monĆ”rquicas eran sucedidas por otras pero manteniendo algĆŗn lazo de parentesco y de poder, aquĆ en NeuquĆ©n pareciera que la DinastĆa de los Jorges estĆ” a punto de ser sucedida por una nueva DinastĆa que viene emergiendo dentro de la Realeza provincial: la Casa de los Guillermos.
Para los mĆ”s jĆ³venes, es Ćŗtil informar que no siempre existiĆ³ la Realeza en NeuquĆ©n; en la transiciĆ³n de Territorio Nacional a Provincia, en nuestra provincia, el poder polĆtico y el poder econĆ³mico iban por caminos diferentes, dirĆa yo: enfrentados. Lo decĆa Felipe Sapag cuando nacĆa el MPN: “En NeuquĆ©n existe una protoligarquĆa de estancieros y grandes comerciantes”, a la cual, sin decirlo para mantener las formas, habĆa que combatir desde el poder polĆtico.
Fue asĆ que pequeƱos y medianos comerciantes, productores y trabajadores juntaron filas y dieron batalla a esa “protoligarquĆa”. Ese movimiento provincial que reemplazĆ³ al peronismo proscripto en la representaciĆ³n de los intereses populares, llegĆ³ al poder. Fue asĆ como la olvidada tierra de la norpatagonia comenzĆ³ a organizarse polĆticamente, y en cuanto al desarrollo, fueron disminuĆdos los altos Ćndices de analfabetismo, de mortandad infantil, el dĆ©ficit habitacional, las condiciones de pauperizaciĆ³n en que vivĆa la mayorĆa de los habitantes de estos lares. Se consolidĆ³ un Partido-Estado preocupado por la gente, emergiendo con Ć©l una incipiente burguesĆa atada a la obra pĆŗblica.
Algunos de los pequeƱos y medianos comerciantes que se aliaban con trabajadores para disputarles, en el terreno polĆtico, el gobierno a los detentores del poder econĆ³mico, comenzaron a amasar pequeƱas fortunas; y, porque no decirlo, algunos asalariados cercanos al poder polĆtico tambiĆ©n comenzaron a manejar una billetera abultada. Con el correr de los aƱos, en democracia y en dictaduras, ese Poder PolĆtico ya consolidado fue concentrando el poder econĆ³mico, no tan solo con la obra pĆŗblica, sino tambiĆ©n adueƱƔndose de tierras, de minas y metiĆ©ndose en el negocio inmobiliario, manteniendo siempre buenas relaciones con el gobierno Nacional de turno, sin distinciĆ³n de signo polĆtico, incluso con los gobiernos militares.
Hasta la dĆ©cada del 90 los poderes polĆtico y econĆ³mico se identificaron con quien tenĆa la caja del Estado neuquino. Esto comenzĆ³ a cambiar de la mano de las multinacionales y el petrĆ³leo, que negociaban en forma directa con el Estado Provincial, merced al nuevo modelo neoliberal de dominio del subsuelo, otorgado a las provincias por la reforma constitucional de 1994.
La macroeconomĆa sufriĆ³ cambios profundos, con un viraje al Neoliberalismo, que determinaron un consecuente giro del poder polĆtico provincial. Advino, entonces, el imperio de La Casa de los Jorges. Esta nueva realeza plenamente Neoliberal, tomĆ³ la decisiĆ³n, al ritmo del remate y las privatizaciones del paĆs, de aliarse a las multinacionales del petrĆ³leo -como socio muy menor-. El ejemplo claro fue la “Alianza EstratĆ©gica” con Repsol. Aquella casta de pequeƱos comerciantes que en la dĆ©cada del 60 le disputaron el poder polĆtico a los que tenĆan el poder econĆ³mico, no solo lograron concentrar ambos poderes en sus manos, sino que pusieron freno al desarrollo provincial, sin construcciĆ³n de viviendas, sin inversiĆ³n en infraestructura y nula promociĆ³n social.
Por estos dĆas, a la Casa de los Jorges la perpetuaciĆ³n en el poder le es adversa, al menos en lo formal, debido a los lĆmites impuestos por la ConstituciĆ³n Provincial. Ante tal fatal designio, se reinventan bajo el reinado de una nueva Casa Real: la de los Guillermos.
La nobleza neuquina, detentora del poder polĆtico, necesita reformularse en el presente para liderar el nuevo orden econĆ³mico. AsĆ resulta que, sobre la nueva riqueza potencial de Vaca Muerta, sobrevuelan los Guillermos, aliados y dueƱos sin disimulo de empresas del mercado petrolero.
Pero no les alcanzaba para tal hegemonĆa con sus propias empresas; en un despliegue de ingenierĆa polĆtica y econĆ³mica combinaron el dominio pĆŗblico provincial del subsuelo con las libertades empresarias de una sociedad anĆ³nima, creando la empresa “Gas y PetrĆ³leo S.A” (G y P). Parece estatal pero es privada, y sus directores y accionistas son los propios funcionarios del Estado.
Pero no les alcanzaba para tal hegemonĆa con sus propias empresas; en un despliegue de ingenierĆa polĆtica y econĆ³mica combinaron el dominio pĆŗblico provincial del subsuelo con las libertades empresarias de una sociedad anĆ³nima, creando la empresa “Gas y PetrĆ³leo S.A” (G y P). Parece estatal pero es privada, y sus directores y accionistas son los propios funcionarios del Estado.
Concentra el 60 % de las Ć”reas que tiene el Estado Neuquino pendientes de concesiĆ³n, y va a cobrar en forma directa por concesionarlas. Es una empresa que no produce ni invierte. SegĆŗn sus propios balances, es deficitaria, y se dedica a la mera especulaciĆ³n: “pisar” esas Ć”reas petroleras para que, una vez concesionadas, sean re-vendidas al mejor postor. Esto hace que ganen sus directores y socios, en detrimento del paĆs y la provincia. Es la privatizaciĆ³n de Vaca Muerta y de sus recursos energĆ©ticos. No se habla entonces de producciĆ³n de petrĆ³leo y gas, sino mĆ”s bien de un fenomenal negocio de “peaje petrolero” y negocio inmobiliario, donde se gana dinero sin invertir, pero disfrazado de gesta heroica en defensa de los intereses provinciales.
Los Jorges se han reinventado en este nuevo formato de funcionarios/propietarios de empresas petroleras, que podemos identificar como Los Guillermos, que concentran y unifican dominio econĆ³mico y polĆtico para sus Cortes.
Los neuquinos de a pie los ven pasar en el carro dorado de G y P S.A., soƱando que alguna vez les tocarƔ dar una vuelta.
Los neuquinos de a pie los ven pasar en el carro dorado de G y P S.A., soƱando que alguna vez les tocarƔ dar una vuelta.